La Casa Blanca ha clarificado que Elon Musk no es el administrador del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), sino que actúa como un asesor senior del presidente Donald Trump. Esta aclaración se presentó en respuesta a una demanda de varios fiscales demócratas que argumentan que Trump delegó en Musk una autoridad prácticamente sin control y sin la autorización del Congreso.

Joshua Fisher, director de la Oficina de Administración de la Casa Blanca, indicó en documentos judiciales que Musk no tiene autoridad real para tomar decisiones gubernamentales por sí mismo [2][5].

A pesar de esto, Musk ha sido una figura clave en las iniciativas del DOGE, que ha estado revisando y interviniendo en los sistemas informáticos y presupuestos de varias agencias federales para identificar despilfarros, fraudes y abusos. Musk ha defendido públicamente el trabajo del DOGE en sus publicaciones en la plataforma de redes sociales X y en una aparición en la Casa Blanca[2][5].

La designación de Musk como asesor en lugar de administrador del DOGE podría ayudar al gobierno a defenderse en la demanda, ya que argumentan que esto evita cualquier violación de la Constitución relacionada con el ejercicio de poder sin la debida autorización[2][5].

Trump también se refirió a Musk como un patriota y aseguró que no permitiría conflictos de intereses, destacando el trabajo que Musk ha realizado[5].