Inmigrantes detenidos recientemente en el extremo sur de Nuevo México ahora enfrentan un nuevo cargo penal por violar una zona militar ampliada en la frontera sur. Este es el primer caso en el que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos procesa a migrantes por entrar en esta zona específica.
La medida forma parte de las acciones más rigurosas implementadas por el gobierno de Estados Unidos contra la inmigración irregular. Los detenidos se suman a los miles de migrantes que han sido arrestados y procesados para su deportación en los últimos meses, muchos de los cuales tienen antecedentes penales, aunque también hay casos de personas con faltas menores o sin delitos graves.
Este nuevo cargo penal refleja la postura más dura del gobierno respecto a la inmigración, una política que ha generado controversias y críticas por parte de organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes. Los familiares de algunos migrantes han denunciado que los detenidos no siempre tienen delitos graves en sus expedientes, lo que ha levantado interrogantes sobre las formas en que los agentes de inmigración han actuado.
La situación también ha sido objeto de debate judicial, con un juez cuestionando el argumento del gobierno de que ciertas determinaciones presidenciales sobre la inmigración no están sujetas a revisión judicial. Esta disputa legal añade otro capítulo a la compleja y controvertida política migratoria actual en los Estados Unidos.