Georgia ha decidido suspender las negociaciones para su adhesión a la Unión Europea hasta finales de 2028, según un anuncio del primer ministro Irakli Kobajidze. Esta decisión se produce en un contexto donde Bruselas ya había efectivamente detenido el proceso debido a la deriva antidemocrática del gobierno georgiano y su acercamiento a posturas afines a Moscú.

La suspensión de las conversaciones por cuatro años ha generado fuertes reacciones en el país. Miles de manifestantes han salido a las calles para expresar su objeción a esta decisión, protestando fuera del Parlamento georgiano y mostrando su apoyo a la adhesión a la UE.

La decisión del gobierno georgiano refleja las tensiones actuales entre los esfuerzos por integrarse en la Unión Europea y las influencias políticas internas y externas que están moldeando las políticas del país.