La Corte Suprema de los Estados Unidos ha emitido una orden temporal que bloquea las deportaciones de venezolanos detenidos en el norte de Texas, específicamente bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una legislación bélica del siglo XVIII.

Esta decisión se produjo en respuesta a una apelación de emergencia presentada por la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), que argumentaba que las autoridades de inmigración estaban intentando reiniciar las deportaciones utilizando esta vetusta legislación. La Corte Suprema ordenó a la administración no expulsar a los migrantes retenidos en el Centro de Detención de Bluebonnet hasta que se emita una nueva orden del tribunal.

Además, esta acción se suma a otra decisión reciente de un tribunal federal de apelaciones que impidió al gobierno avanzar con la eliminación de la protección legal temporal (TPS) para unos 350,000 migrantes venezolanos, quienes de otra manera quedarían en riesgo de deportación inminente.

La Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, creada originalmente durante una época de tensiones internacionales, ha sido invocada en contextos históricos como las Primera y Segunda Guerras Mundiales, y ahora se está utilizando en un contexto contemporáneo para justificar deportaciones sin derecho a audiencia judicial[1][3][5].